Mendel, el de los libros
Mendel, el de los libros es un título poco discreto en relación al tema; me parecía la historia de un librero y fue justo eso.
La afición a la lectura, el fugaz intercambio de conocimientos con personas extrañas y algunas otras situaciones se me hicieron familiares; por lo cual adentrarme en sus páginas fue placentero. Me identifiqué con el personaje. La Literatura suele ser un medio para revelar una diversidad de datos y, esta vez, fue usada para representar las injusticias de la vida durante la Segunda Guerra Mundial, en un breve relato.
El protagonista, Mendel, representa, para los eruditos y estudiosos de la cultura en general un punto de referencia casi obligatorio, pues conoce de memoria, cientos de títulos y características de libros de distintos temas. Mas su ensimismamiento en el mundo del libro sería el factor que lo aislaría de la realidad; pues se mantuvo ignorante de los acontecimientos políticos y bélicos desarrollados en su entorno. Dado su largo alcance en su oficio, mantiene correspondencia con países cercanos al suyo, pero estos resultan ser «enemigos» de su país de residencia.
Se cumple aquí una vez más el aforismo popular «El león juzga por su condición», pues cuando las fuerzas militares, a través de sus múltiples pesquisas, interceptan algunas de sus cartas, llegan a erradas conclusiones. Las misivas incluyen reclamos por mercadería no recibida y otros asuntos libreros, pero las mismas son interpretadas como actos de espionaje. Esto trae como consecuencia su arresto y posterior reclusión en uno de los campos de concentración. No obstante, debido a sus influencias en las altas esferas de la sociedad es liberado. Sin embargo, la permanencia en ese lugar cobró factura de distintas formas: el café, su antiguo lugar de trabajo, ha cambiado de administración y ahora Mendel, el erudito, el catálogo humano, resulta ser incompatible con el nuevo concepto del lugar. Sufre el destierro de su mundo de tinta y papel, para acabar solitario en su casa. Quizás esa soledad y el alejamiento de los libros sean los motivos que provocan su enfermedad. Permanecía sus días meditabundo y despisatado, ya en su última semana de vida, se asoma casi sonámbulo al café, pero es llevado de vuelta a casa para permanecer confinado y, finalmente, morir en el más oscuro de los olvidos.
Comentarios
3 respuestas a «Reseña: Mendel, el de los libros»
¿Nos contaste el final?
Parece que sí. Jajaja ayer se lo dije. Jajaja
Gracias por el comentario «omarvelz». Sí, por un error involuntario conté el final. Me dejé entusiasmé tanto con el libro que olvidé ese detalle. Lo tendré en cuenta para futuras reseñas.