Vargas Llosa menciona en alguna parte a Miss Margaret Elizabeth Trask quién escribió y publicó más de cincuenta “historias románticas” y, gracias a ello, murió en posesión de una considerable fortuna que legó a la sociedad. Bajo el nombre de Betty Trask escribió sobre el amor sin haberlo vivido en carne propia. Murió soltera y virgen a los 88 años. El único contacto que tuvo con el romance fue a través de sus lecturas. Vivió por medio de lo que otros escribían. Evidentemente gozaba de una gran imaginación para construir sus propias historias.
A fin de año, es mi tradición, hacer un recuento de lo vivido durante el año que termina y a partir de allí elaborar la agenda de propósitos del siguiente. Entre las vivencias debo incluir las que sufrí o disfrute en carne propia y las que viví por medio de mis lecturas. Debo confesar que la combinación de ambas enriquece mucho mi vida. Gracias a mis experiencias puedo asimilar la intención del autor y juzgar su credibilidad. La visión del autor, por otro lado, enriquece mi perspectiva, me permite comprender las situaciones que enfrento cotidianamente.
Ayn Rand menciona que una de las debilidades que enfrenta la sociedad es la falta de una filosofía clara y útil para vivir. Para mí la lectura es luz (filosofía) que ilumina la realidad y me facilita su comprensión. No leo por simple diversión, leo porque busco respuestas a mis interrogantes. Leo porque contrasto mi vida con la de las narraciones. Me ubico históricamente, identifico héroes. Pero no me basta con leer, la lectura es complemento para la vida que trato de explotar y disfrutar.
La señorita Trask vivió a través de sus lecturas, este servidor lee para tratar de vivir mejor.
Comentarios
3 respuestas a «Leer y vivir»
seguro fue muy amiga de la Manuela la doñita jejeje, pilas pues Greko segui investigando, segui!
Muy buena Lic. Ahora entiendo el punto
Amén