Ya al borde del ciclo lector de un año, con mucho orgullo debo declarar que ya no soy el mismo ignorante que lo empezó. Miles de páginas han sido escrutadas durante estos 365 días de mi vida. Me he enterado de las muchas barbaridades cometidas por el hombre en la primera guerra mundial, conocí de cerca los beneficios de la agricultura hidropónica y estoy a punto de iniciar mis experimentos con un huerto casero.
Profundicé en mis conocimientos sobre la cultura en la edad media en Europa, mas puntualmente de Barcelona. No perdí la oportunidad de enterarme sobre los dramas de los conquistadores de Perú y Chile de la mano de Isabel Allende.
Mises, Hayek y Rand ocuparon gran parte de mi tiempo, con mucho provecho para mis entenderes. Con el apoyo de Joseph, Aristóteles y Harriman recorrí los senderos de la lógica, con momentos de mucha confusión y, a veces, con una decepción muy hiriente al percatarme de los límites de mi alcance intelectual.
Combinando lo vivido con lo leído, creo haber aprendido mucho. Por ejemplo aprendí y aprehendí lo afirmado por la doñita (Rand) cuando dijo “Antes de decir yo te amo, hay que aprender a decir Yo”, pues la lectura de la idea me permitió comprender con claridad algunas vivencias personales.
En fin, un año muy productivo. Tan productivo, que gracias a mis amados libros y las deliciosas lecturas que me proveen, ya no soy el mismo ignorante de hace doce meses. Soy otro tipo de ignorante, un ignorante más consciente de la magnitud de mis limitaciones.
Comentarios
2 respuestas a «Ignorante»
Bien escrito, bien dicho. Tomar conciencia de cómo nuestra ignorancia va evolucionando nos hace entes más interesantes.
Gracias por el comentario.