Anabella y Guillermo se casaron muy enamorados, con la llegada del primer bebé ella dejó de trabajar. La nueva rutina en el hogar la obligó a buscar una actividad productiva para llenar esos espacios de silencio y soledad que repentinamente surgieron. Fue durante una visita a la casa de sus papás que descubrió algo que siempre ha estado allí, pero que ella había ignorado porque otras cosas atraían mas su juvenil interés. Una gran librera repleta de textos a los que su papá les había dado asilo durante muchos años.
Tomó un libro de lomo muy atractivo y se lo llevo sin avisar. Meses mas tarde su papá empezó a notar que los estantes se vaciaban, pero no protestó cuando su investigación le reveló el destino de sus amados amigos.
Resultó que las selectas lecturas que tomaba de la colección de su padre, desencadenaron un vicio muy intenso y Anabella no tardó en ponerse en contacto con otros adictos para intercambiar reflexiones acerca de lo leído. Los momentos que antes no sabía como llenar se convirtieron en motivo de anhelo. Se mostraba ansiosa por concluir pronto sus actividades hogareñas. La siesta del bebé era bien aprovechada por el hijo y por la madre.
La intesidad y la calidad de las lecturas, sumada a las conversaciones con otros lectores pronto surtieron efectos positivos en Anabella. Su conversación se volvió mas fluida y siempre encontraba la palabra que Guillermo buscaba para completar la frase. Guillermo, por su parte, no disponía de tiempo para leer libros extensos y se debía conformar con una lectura superficial de los diarios.
Cosas del amor, gracias a las lecturas tan diferentes de ambos, la comunicación se volvió mas fluida y complementaria. Lo que la una no sabia de la actualidad, el otro lo aportaba y lo que este no comprendía de los sucesos, aquella se lo explicaba.
Construyeron su castillo y vivieron felices para siempre.
Comentarios
2 respuestas a «Ella y el…»
Interesante la consecuencia de que Anabella hiciera algo para sí misma. La lectura, aunque aplicará en otros campos, termina beneficiando más que solo a quien lee.
Saludos
Linda historia. Una forma para escapar de la rutina.