Recostada en la esquina de esa vieja casa,
Ella trata de recobrar el aliento.
Hace tan sólo segundos su vida cambió.
Se veía tan amable y cortés,
Las súplicas y lágrimas no la inmutaron.
Levantó el arma y todo cambió.
Las sonrisas fueron gritos,
La sangre bañó las paredes.
Todos trataron de huír,
Nadie pudo esquivarla.
Solo quedó ella,
Y el silencio en el comedor.
Comentarios
Una respuesta a «Cadaver Exquisito #2»
Disfrutando de ese placer que solo el post-asesinato te puede dar, volcando sobre las campanas esa energía sonora no permitida para el humano, caí y fuí yo misma, de nuevo.