Experiencias

caminante

No creo que exista una frase motivacional más trillada que aquella que reza que hay que vivir como si fuera el último día de nuestra vida. Lo común es imaginar un escenario en donde se procure sacar el máximo provecho a las últimas horas de existencia, imagino entre otras cosas: buscando a las personas que lograron alcanzar el grado de importantes para cada quien; haciendo todo lo que se realiza con el ímpetu necesario para que tales acciones queden registradas dignamente en la historia; disfrutar cada uno de los minutos que restan, olvidándose de lo malo y procurando lo bueno para que esos instantes sean inolvidables; y no faltará quien se imagine un “reventón” de alcances épicos.

Contrario a ello creo que la mayoría descansaría en una nada agradable depresión, se refugiaría en el abandono, se hundiría en la tristeza o adormecería aletargado en la resignación, pero como norma general existiría una dejadez respecto al logro de metas y objetivos, porque no se hace legado en un día.

En un video que me gustó mucho, Neil deGrasse Tyson es cuestionado sobre la vida y la longevidad. En tan solo dos minutos dice mucho en su respuesta, entre otras cosas, parafraseado: que prefiere creer que el ser humano está gastando más energía en vivir mejor que en vivir más tiempo; que saber que uno va a morir enfoca las actividades del presente en pro de los logros que se desean alcanzar; que si se viviera muchos años no habría por qué acelerar las cosas ―por éstas cosas se ha de referir a más allá de aquello necesario para la llana existencia o supervivencia―, es decir que se derrocharía mucho tiempo. No obstante lo que más llama mi atención es el ejemplo que puso de las “Efímeras” (Mayflies), éstos insectos que, la mayoría, solo cuentan con veinticuatro horas de vida. Dice deGrasse que con tan corto tiempo cada minuto de su vida ha de ser un descubrimiento, que todo lo que experimenta se convierte en una “experiencia de vida”.

Quienes invertimos de nuestro tiempo en la literatura comprendemos esa idea. Por más que insistan no es monotonía el tomar un libro acompañado de un café ―aunque lo del café es un añadido a gusto personal―. Cada cuento, historia, novela y poema en el que nos adentramos es una experiencia nueva; es un constante visitar de nuevos, y muchas veces inesperados, lugares; es sumergirse en la profundidad de distintos temas para aprender, debatir y alcanzar conclusiones; es una búsqueda constante de riqueza y belleza; es perseguir y experimentar el deleite de ser una persona distinta cada que cerramos un nuevo libro.

Cada experiencia es distinta y como en todo las hay buenas, las hay malas y las hay maravillosas ―difícil no pensar en mis libros favoritos―. Por eso no puedo dejar de recomendarla, porque quisiera que más y más personas fueran acumulando “experiencias de vida” con todos los beneficios que acarrea el darnos la oportunidad de ver más allá de donde la vista alcanza.

Claro que no es exclusivo de la literatura, las artes, el trabajo, los deportes… son muchas las actividades que escapan de ese concepto, muchas veces errado, que se tiene de lo que es la monotonía.

Es placentero disfrutar de las letras y es muy agradable disfrutarlo en su compañía. ¡Y qué vengan muchos libros y todos los “descubrimientos” que hemos de vivir a través de ellos!

Saludos

PS. Les dejo el link del video que mencioné.


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Una respuesta a «Experiencias»

  1. Avatar de Liliana
    Liliana

    Hola, he visitado su web y me gustaría proponerle una colaboración en materia de contenidos. Si lo desea puede escribirme a web@guateganga.com. Gracias. Un saludo.