Cochinos Prólogos

Cochinos prólogos

Enero 1998: Inicio un nuevo libro y ¡SORPRESA¡ Inicia con un prólogo como muchos recomendados por el colegio. ¿Cuál es mi primer pensamiento? ¡Cochino prólogo, no lo leeré!

Junio 2016: Inicio un nuevo libro y claro hay un prólogo, mi primer pensamiento es de felicidad ¡A iniciar una nueva aventura! 🙂

¿Sorpresa? ¡Claro que no! Y soy lectora, así que ese libro de 1998 no lo leí obligada, pero el cochino prólogo ni obligada lo leía. Cochino porque no hay peor cosa que antes de iniciar el libro te cuenten el final. “Hey por si no sabías el malo de la historia era el papá del protagonista”. ¡Claro que no lo sabía, no he leído el libro aún!

Cochino prólogo porque el aclamado autor del prólogo te decía cosas obvias:

“La historia se desarrolla en una Guatemala de 1890 en donde el avance tecnológico y la globalización no ha llegado aún”

¡Es 1890! ¿Que no es obvio eso? Y por supuesto no podía faltar el típico:

“En mi apreciación el libro muestra el romanticismo clásico de la época remarcando los valores y costumbres de un pueblo subyugado por los españoles que lucha por salir adelante”

¡Pero mi libro decía que era la historia de un cadete huérfano!

Hace unos días abrí un libro nuevo y vi la palabra PRÓLOGO. Y me acordé de esos prólogos aburridos de antes y como han cambiado. Ahora un prólogo es la emoción de iniciar un nuevo libro y adentrarse en la historia. No sé quién se rebeló y dijo no más cochinos prólogos.

Algún día lo encontraré y le diré gracias.

 


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