Dijo uno de los presentes:
– Convénceme de que la lógica es útil.
– ¿Quiéres que te lo demuestre?
– Sí.
– Entonces….es necesario que recurra a una demostración.
Y al ver que el otro asentía le dijo:
– Si te engaño con sofismas, ¿cómo harás, pues, para darte cuenta?
El otro guardó silencio.
– Ya ves como te das cuenta de que la lógica es necesaria y que, apartándote de ella, ni siquiera puedes llegar a saber si es necesaria o no.
Epicteto, Conversaciones, II, 25.
La lógica
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