Si juntamos las características de la posmodernidad en la literatura bien podríamos acomodarlas en 140 caracteres: un twitt.
Basta con afinar el ojo para descubrir que entre sus más de 200 millones de usuarios alrededor del mundo, de los cuales Guatemala se manifiesta con más de 220 mil, siempre habrá alguno que dedique ese mínimo espacio disponible para ir más allá de la pura información, la interacción, la auto promoción, la bitácora social, y el eslabón con otras publicaciones electrónicas, y se dedique al juego de palabras, al ejercicio de la ironía, a la búsqueda de la estética del lenguaje, y juegue con una de las formas de escritura breve más antiguas: el aforismo.
Por @vania_vargas
A lo largo de la historia de la humanidad, las características de la literatura han ido variando de acuerdo con la época, con las ideas que prevalecen.
La rigidez de las formas del neoclasicismo y la racionalidad de sus temas se derrumbaron con la llegada del Romanticismo. Se cambió la razón por el sentimiento, se violentaron las formas establecidas, incluyendo, entre ellas, la de la participación de la mujer que había sido vedada un siglo atrás.
Con la llegada del modernismo volvieron a violentarse los temas, los frágiles personajes femeninos se tornaron mujeres fatales y el exotismo tomó la escena.
Sin embargo, el cambio más impetuoso se dio a partir de la Primera Guerra Mundial. La sacudida violenta de los acontecimientos, agitaron de la misma manera a los artistas y la literatura. Se quebró la forma, la métrica, la armonía, y derivó en balbuceos, fluido de conciencia y asombro ante las máquinas.
Con el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se marcó una nueva etapa en la historia de la humanidad: la posmodernidad.
A partir de ese año, hasta 1990, los descubrimientos de la ciencia y la tecnología superaron lo que se había alcanzado en cuatro siglos anteriores. Su influencia en el conocimiento, la política y el arte no se hicieron esperar.
De acuerdo con el filósofo italiano Gianni Vattimo, la proliferación de los medios de comunicación jugó un papel importante en todo esto. Entre otras cosas, porque dieron paso a la visibilización de concepciones del mundo. Las minorías, culturas y subculturas se hicieron escuchar. La historia dejó de ser un punto de vista unitario.
Esta y otras ideas que marcan la época, como el descreimiento de la emancipación de la humanidad por medio de la religión, el conocimiento, la socialización del trabajo o el desarrollo técnico industrial, se empezaron a manifestar en la literatura a través de las siguientes características:
- Fragmentación y brevedad: derivadas de la crisis de la “unidad” de la historia y de la “falta de tiempo” que caracteriza a la sociedad moderna. De aquí la tendencia a los “microrrelatos”.
- Falta de profundidad: que parte, también de la prisa, y la inexistencia de verdades absolutas, de la diversidad.
- Retorno al pasado: con el objetivo de desmitificarlo u homenajearlo, ante la imposibilidad de la innovación, derivada de la caducidad de la idea de progreso. Aparece la novela histórica.
- Abandono de formas estructurales complejas: que parte de la disolución de la línea imaginaria entre alta cultura y cultura de masas. Se opta por el coloquialismo y lo simple.
- Ruptura del canon, los márgenes y géneros literarios: nace de la inexistencia de un centro, una verdad. Se difuminan los límites entre arte y experiencias cotidianas. Se da una mezcla de géneros.
- Utilización de la ironía y parodia: generadas por el desencanto. Tienen por objeto la burla y la desmitificación.
- Desmitificación: a partir del descreimiento de los grandes relatos y de la historia oficial.
- Nihilismo, incertidumbre, escepticismo, pérdida de las certezas: parten también de la caducidad de los grandes relatos, pero además, del hecho de que la Posmodernidad, si bien critica a la Modernidad, tampoco propone un nuevo rumbo.
- Utilización del autobiografismo: como expresión de “otra” concepción del mundo. No se puede hablar de universalidades en un mundo fragmentado.
- Utilización del realismo: con el objetivo de retratar la realidad que a cada escritor le ha tocado enfrentar.
- Recurrencia a temas cotidianos o menores: la cotidianidad, intrascendente para la Modernidad y su Historia, toma protagonismo.
- Las minorías toman la palabra: son, además, estas minorías las que protagonizan el arte y dan, a través de él, sus particulares visiones de mundo. Aparece la literatura gay, la literatura de fronteras y los métodos feministas para la crítica.
- Intertextualidad, rechazo a la innovación y a la originalidad: todo se ha dicho ya. Según Jameson solo es posible una infinidad de combinaciones.
Fragmentación, superficialidad, revisitación de géneros, juego, humor, ironía, desencanto, escepticismo, autobiografismo, realismo, cotidianidad. Características que indican que la literatura bien podría manifestarse a través de un medio masivo de comunicación como twitter.
Varios escritores guatemaltecos, que han tenido acceso a una editorial, lo usan de las más diversas maneras: para informar, hacer enlaces con sus páginas, columnas periodísticas, blogs, y para jugar, para crear.
Ellos comparten el espacio con gente que se dedica a ver, pensar y escribir ocasionalmente o no, que no han tenido acceso a una publicación impresa, están medianamente cercanos a lograrlo, o bien, aquellos que con todo esto no se consideran escritores, pero son capaces de jugar con el ingenio y golpear el asombro de un lector curioso.
@Petalodesil es una tuitera que se ha mantenido cerca de todo el movimiento artístico guatemalteco, participa activamente en la logística de festivales, como el del Centro Histórico, recibe clases de pintura, y tiene una relación cercana con la literatura.
Fue hasta que llegó a twitter cuando se dio cuenta que tenía la capacidad de comunicar con fluidez. Así, el twitter se convirtió en un espacio público para su proceso creativo, el cual la ha llevado a pensar en buscar otros formatos, como el blog, pero esto continúa siento un proyecto.
Un caso similar es de @ladymicu, se considera amante de la escritura porque escribe lo que quiere cuando quiere, ya sea en twitter, un blog, un archivo de Word e incluso una servilleta. La escritura es su válvula de escape, y no descarta imprimir si alguna vez se le presenta la oportunidad.
@Castellanollano sostiene una posición más drástica con respecto al ejercicio de escritura. No se considera escritor. Sabe que le falta mucho por leer y escribir para considerarse como tal, aún así escribe cuentos que no publica en ningún otro medio y le gustaría experimentar con la literatura para niños.
El twitter se acopló a sus necesidades de mantener la mente activa que exige su trabajo en publicidad y su impaciente proceso creativo: “tengo una idea, la planteo, la desarrollo y la concluyo de una vez”, afirma. De allí que el twitter se haya convertido en una herramienta que le sirve no solo para recrear, sino para inventar.
Por su parte, @yasomosolvido tuitea, tiene un blog y un objetivo fijo: llegar a imprimir su trabajo. Se considera un escritor en proceso de aprendizaje para quien las herramientas electrónicas son una especie de carta de presentación, un medio de expresión, un cuaderno de notas.
Y esto es solo por mencionar a algunos.
Es muy temprano para saber si este ejercicio de la brevedad e ingenio pueda llegar a evolucionar o trascender. Si quizá, como fue en el caso de los blogs que nos dieron una generación de narradores como Engler García, Julio Prado, Oswaldo Hernández, salga de twitter una revitalización del aforismo, como bien afirma @Yasomosolvido; o sea el internet el que redefina el relato breve, como @Castellanollano cree que podría suceder. En tanto, es un buen momento para seguir explorando las posibilidades de escritura dentro de las redes sociales o bien, como lectores, acercarnos con otros ojos y disponernos al asombro.