Leer y leer

Leer es algo mas cotidiano que tomar un libro del estante y sumergirnos durante horas en su contenido. No solo es analfabeta el que jamás lee con propiedad y continuidad.

Leer es una forma de vida.

Ser analfabeta, es también una forma de vida.

Analfabeta es quién se estaciona aún en contra del rótulo que indica la exclusividad del espacio para embarazadas o discapacitados. O el que no entiende las letras que solicitan “No botar basura”.  No por conocer el sonido que se genera al combinar una consonante con una vocal, se convierte un ente en alfabeta. Muchos que ostentan su diploma de aptitud para la lectura, jamás llegan a ser lectores.

Por otro lado, el título de lector no solo lo merecen quienes son capaces de devorar hoja tras hoja de textos abultados. Hay quienes no acostumbran tomar un libro pero devoran y comprenden cuanta combinación de machas negras se les presentan. Es mas, asimilan e integran.

Si un rótulo dice: “No estacionar”. El no lector lo ignora, porque no lo entiende, y utiliza el espacio para colocar su vehículo. El lector ve mas allá. Allí dice no estacionar por alguna razón, explicita a veces, como cuando es reservado para discapacitados. El lector entiende, que se otorgan privilegios por conveniencia social, porque son indispensables para facilitar la convivencia. El sabe que debe respetar las reglas que espera que otros acaten.

Leer y entender es una forma de vida, insisto. Casi me atrevo a decir que escuchar es leer de oído.


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