Francisco Morales Santos es poeta, crítico literario, antólogo, compilador y miembro fundador del grupo Nuevo Signo. Y es ante todo un ávido lector.
Fue maravilloso escuchar con qué paz hilaba una lista de autores que lo han inspirado. Desde pequeño tuvo amor por la lectura, tanto que su profesor descubrió que le gustaba leer y le prestó un libro sobre Rubén Darío.
Así, leer se convirtió en un camino al mundo de los autores del modernismo. Pues sólo esos habían en la biblioteca. Se los devoró a todos. Desde Enrique Gómez Carrillo, pasando por Aurora Cáceres, José Martí, José Santos Chocano y Juan Ramón Jiménez.
Una tarde camino a la Antigua, en menos de dos horas recibió toda una cátedra por parte de un padre sobre Miguel Hernández y allí le dieron las ansias por leer más que modernismo.
Con el paso del tiempo crecemos y para quienes leemos, el mundo de la lectura también crece. Pues vamos conociendo a más y más escritores, que entre ellos se disputan para estar dentro de nuestro corazón e inspirarnos. Francisco Morales Santos me mostró la evolución de sus libros favoritos y le llegaron al alma. Pues luego de Miguel Hernández también me hizo mención de su arduo interés por Roque Dalton.
Poeta, ensayista y narrador, Roque Dalton fue de esos de estilo coloquial y socialmente comprometido por la renovación de la lírica latinoamericana de la década de los 1960. Entre sus obras se le reconoce por Las historias prohibidas de Pulgarcito y Un libro rojo para Lenin.
Al revisar no sólo su libro, sino sus libros y en especial autores predilectos. Se me viene a la mente sobre lo mucho que se dice por el gusto de la lectura en general, pero pocos recapacitamos y vemos al pasado para recorrer esa evolución histórica de nuestra lectura personal.
Toda una serie de personajes y tramas desfilan por nuestra mente y poco a poco las vamos olvidando. Dejamos a los pobres libros que nos encantaban engavetados en los recuerdos. Hay algunos que hasta nos da vergüenza o nos cuesta aceptar que nos gustaban, como en mi caso que a los 13 años sí tenía fe en las letras de Paulo Cohelo o de Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Años oscuros si veo hacia atrás, años bellos si lo miro como si fuera ayer, con ojos de niña.
Francisco Morales Santos no sólo dejó interesantes recomendaciones, sino también una recapacitación sobre la evolución personal de las lecturas que nos apasionan y nos dejan algo. *se queda viendo al horizonte* ¿Qué lecturas consideraré obsoletas o vergonzosas en el futuro?