El amor conquista todo.
Quizá deba aclarar, querido lector, que con este título busco referirme a que no importa el género literario, siempre hay lugar para el romance. Así que quiero aprovechar esta ocasión especial para hablar del romance en la literatura.
Hace poco leí un artículo sobre las 7 novelas románticas de todos los tiempos. Era una recopilación de 7 títulos elegidos por una encuesta realizada desde Twitter por la persona que escribió el artículo.
La número 1 de la lista es Orgullo y Prejuicio. Probablemente es la más popular y conocida por todo el mundo debido a que es mencionada en varias otras realidades, además de sus adaptaciones cinematográficas y serializadas. La mencionan en películas como You’ve got mail y en otros libros como Twilight. Ha tenido adaptaciones y secuelas un tanto pintorescas como Orgullo, Prejuicio y Zombies y Mr. Darcy, vampiro.
No es de extrañarse que después de 200 años sea tan popular, es probablemente la obra emblemática de Jane Austen, que en un entorno cómico logró retratar la escencia del dicho con que titulo el artículo: El amor conquista todo, vence el orgullo, tira los prejuicios y crea lazos indestructibles.
El segundo libro es un poco más sombrío y probablemente no sea del gusto de tantos, pero no deja de ser emblemático. Cumbres Borrascosas, de Charlotte Brönte es hasta cierto punto lúgubre y trágica, pero no se forja un buen romance si no hay dificultades en el camino.
Me alegra que las opiniones vinieran de expertos en la materia, porque si se consultara en todo twitter probablemente las primeras dos opciones serían Twilight y Fifty Shadows. No puedo dar mi opinión sobre la segunda saga, pero sí sobre la primera. Atrae el romance que te hace perder la cabeza y cometer locuras, porque probablemente es sencillo identificarse en muchas cosas con la protagonista, pero una cosa es identificarse y otra es tomarla como modelo a seguir, que es lamentablemente lo que ha llegado a ocurrir. Hay muchas cosas que están mal con esa relación, y tengo que incluir en el mismo saco a una verdadera joya de la literatura, como es Romeo y Julieta.
Pero ese es el objetivo de la literatura de romance, estimular la imaginación y tocar los sentimientos de sus lectores y complacerlos en la realización de la pareja que han visto luchar durante páginas y páginas para estar juntos.
Sin embargo, no importa que la intención del autor no haya sido escribir una novela romántica, es muy probable que este surja en algún momento de la historia como base o gatillo para sucesos importantes.
Los cuentos de hadas usualmente giran entorno al amor de un príncipe y una princesa, o un príncipe y una plebeya, o un plebeyo y una princesa.
Un romance puede ser gatillo o puede surgir en torno a la resolución de un crimen en las novelas policíacas. Agatha Christie con frecuencia los incluyó en sus obras.
Obras fantásticas como Harry Potter y El Señor de los Anillos tienen sus momentos dedicados al romance entre dos de sus personajes, y no son simple relleno de la trama.
Un conflicto de intereses de carácter romántico desata todos los sucesos de la novela de aventuras El conde de Montecristo.
Cuando decidí tomar en serio el convertirme en escritora, lo primero que me propuse fue no escribir una novela romántica pues casi todas mis historias antes de eso giraban en torno a ese tema. Lo intenté, y aunque esa primera novela no gira en torno a la relación de mi protagonista y su coprotagonista, no pude desterrar por completo su vida romántica. Incluso hoy, cuando escribo sobre otros temas me es imposible evitar que un personaje termine refiriéndose a una relación amorosa o involucrado en una. No puedo evitarlo, en el fondo soy una romántica. Mas realmente creo que el romance está presente en tódos los géneros, seas o no del tipo cursi.
Quiero cerrar este artículo con una recomendación, aprovechando que mencioné Orgullo y Prejuicio. Hace unos días descubrí lo que son las series transmitidas por la web al encontrarme con The Lizzie Bennet Diaries. Se trata de una adaptación en formato de vlog de la obra de Jane Austen a tiempos modernos. Son 80 y tantos episodios de unos cinco minutos cada uno. Me parece una adaptación muy ingeniosa, por lo que no puedo evitar recomendarla.
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