El jazz de La espuma de los días de Boris Vian

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Nació en Paris, fue novelista, dramaturgo, poeta, músico de jazz, ingeniero y traductor. Su nombre: Boris Vian.

“…En realidad sólo existen dos cosas importantes: el amor, en todas sus formas, con mujeres hermosas, y la música de Nueva Orleans o de Duke Ellington. Todo lo demás debería de desaparecer porque lo demás es feo…”

Así empieza una de las obras más importantes y reconocidas de este escritor francés:  “La espuma de los días” (L’ecume des jours), este pequeño fragmento  viene siendo la premisa principal de la novela: el amor y el jazz.

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Es una historia surrealista, que narra la historia de amor entre Colin y Chloé, un amor puro e inocente, el amor que nace entre Chick y Alise por su obsesión hacia Jean-Saul Partre una parodia que éste hace a Jean-Paul Sartre con quien sostenía una amistad. Y por último la relación no concretada entre Nicolás, el cocinero de Colin e Isis amiga de todos.

Es un libro lleno de contrastes que nos muestra lo bello de la vida: el amor entre dos personas y el jazz. El personaje principal femenino es Chloé y la pieza de jazz más importante que acompaña a la obra es precisamente el arreglo a la canción del mismo nombre que Duke Ellington interpreta.

Vian logra describir sucesos banales y mediante juegos de palabras los transforma en momentos bellos que desatan la imaginación y los sueños.

“…El sol también esperaba a Chloé, pero él podía entretenerse en hacer sombras, en hacer germinar granos de judía silvestre en los intersticios que se prestaban a ello, en hacer cerrar las ventanas y en hacer avergonzarse a un farol encendido a causa de una inconsciencia de un Cepedeísta.”

Por el otro lado nos muestra lo feo del mundo: el trabajo, la religión, el fanatismo ideológico, y la enfermedad que conllevan a un final fatídico, la muerte.

“-Se les ha inculcado la idea de que trabajar es algo bueno – dijo Colin – . En general, se considera así. Pero, de hecho, no hay nadie que lo piense. Se hace por costumbre y para no pensar en ello precisamente.

– De todas maneras, es una tontería hacer un trabajo que podrían hacer máquinas. [Chloé]”

Después de la boda entre Colin y Chloé, la vida de los personajes va sufriendo alteraciones, a Chloé le crece un nenúfar en el pulmón, lo que viene a romper el mundo armonioso, lleno de ventanas de arcoiris, ratones que hablan, habitaciones que se curvan al escuchar jazz; les muestra a los ingenuos personajes que la vida también es dolorosa.

Había algo etéreo en la manera de tocar de Johnny Hodges, algo inexplicable y perfectamente sensual. La sensualidad en estado puro, desprendida del cuerpo.
Las esquinas de la habitación se modificaban, redondeándose, como efecto de la música. Ahora, Colin y Chloé reposaban en el centro de una esfera.

– ¿Qué era? – preguntó Chloé.
– Era The Mood to be Wooed – dijo Colin.
– Es exactamente lo que sentía – dijo Chloé -.

El espacio es otro de los recursos que emplea Vian para explicar el quebranto de la vida, conforme Chloé empeora de salud las áreas y las cosas van cambiando, «Las personas no cambian. Son las cosas que cambian». Las ventanas del hogar de la pareja van ensuciándose y se reducen, las paredes se acercan cada vez más hasta que desaparecen por completo.

Vian crea un mundo fantástico y absurdo que a veces puede crear confusión al lector, este mundo lleno de jazz con sus constantes referencias a la música del gran Duke Ellington es una joya que no se debe tomar a la ligera. Si se logra ingresar a él y se analiza concienzudamente se puede dar cuenta que no está tan alejado de la realidad, esta realidad en donde se ama, se ríe, se llora, se sufre, se vive y se muere.

[afterwords]Para ver los títulos de las canciones y escuchar más de Duke Ellington puedes visitar la playlist en nuestra cuenta de Youtube[/afterwords]


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