No recuerdo que en mi infancia alguna vez me dijeran “futbolero” por ir todas las tardes al campo de fútbol de la colonia a patear la pelota y correr como quien se sabía dueño de una única misión en la vida. Tampoco me llamaron “basquetbolero” por, ya de adolescente, pasar las tardes de sábado y cuanta oportunidad tuviera, jugando veintiunos con los amigos. Siempre fui un niño jugando fútbol o un adolescente jugando basquetbol. En cambio ahora es la tendencia. Twitteros, Facebookeros, Blogueros, son términos comunes que no describen en nada a una persona, ni su profesión, ni la motivación que tiene para utilizar dichas herramientas, pero se los acepta con naturalidad.
Hernán Casciari lo dejó mucho más claro que yo en artículos y entrevistas. Él, una persona muy exitosa en el uso de los blogs, asegura no ser un bloguero sino un escritor. “Es como si antes me dijeran cuadernito por escribir en un cuaderno”, aseguró en una entrevista, parafraseado. El blog no es más que un medio.
Luego del auge que los blogs tuvieron hace algunos años, en donde “todo mundo” quería tener su espacio de opinión, circula la idea de que la era de los mismos ha llegado a su fin, que están condenados a desaparecer en poco tiempo. No creo que sea correcta la percepción, los blogs siguen siendo una excelente forma de compartir información. Desde profesionales hasta quienes practican alguna actividad por hobbie, pueden seguir contando con esos sitios en donde un escritor, alguien que gusta de compartir noticias, un creativo, un conocedor, etcétera, puede seguir proyectando al mundo.
Pero en cambio sí quedan menos blogs y pienso que es porque de a poco van quedando los mejores, no en todos los casos, claro está, pero se quedan los que ya no son solo parte de una moda, los que no solo están motivados por ser “cools”. Seguirán aquellos que ponen empeño en lo que hacen, para quienes la popularidad, quizá no del todo, pero pasará a segundo plano. La popularidad, en estos días, migró a sitios con “amigos” y “seguidores”.
Curiosamente (no use la palabra lamentable por no querer sonar tan dramático) para los libros se viene una época complicada y con un trayecto opuesto al de los blogs. Las editoriales tradicionales se van dando cuenta lentamente de cómo les cambió el negocio, tendrán que competir contra la creciente oferta de libros que cualquiera podrá escribir, y las muchas editoriales pequeñas que abrirán, considerando los bajos riesgos económicos que el nuevo modelo de negocios les representará. Tanto unas como otras publicarán trabajos con menos calidad por la mucha oferta, lo importante será “lograr un golpe de suerte” y vender mucho a bajo costo. La autopublicación tendrá su mercado, pero uno muy pequeño.
Si con el modelo actual se encuentran trabajos que no debieron ser publicados, aunque exista quien asegure que: todo lo malo tiene su bueno, es válido empezar a preocuparse por lo que veremos más adelante.
No puedo evitar preguntarme si lograré ver a los “Cervantes”, “Borges”, “Nietzsches” o “Dostoievskis”, por mencionar solo algunos, del siglo veintiuno.
Saludos
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Omar Velásquez — @omarvelz
Guatemalteco, escritor, analista/programador, esposo, padre y tengo en mi haber varios tìtulos más, de esos que el correr de los años va cargando sobre nuestros hombros.
http://omarvelz.wordpress.com