Eran como las diez de la mañana de un día laboral cualquiera. No me di cuenta que mi jefe se acercó por detrás de mi escritorio y cuando estaba por dar un sorbo al café me preguntó por lo que estaba leyendo. Eran unas hojas que había impreso de un libro que había conseguido en internet – aún no lograba acostumbrarme a leer en la pantalla–. Las vio un instante y lejos de recibir algún tipo de reprimenda me dijo: “Ese es un libro que todos deberían de leer” y se fue. Había aprendido de él mismo a aprovechar el tiempo en que el compilador hacía su trabajo, luego de que uno creía que el programa de computación estaba listo –Hay una parte de mí que sigue extrañando aquella época de RPG y AS/400–. Un libro o una revista debajo de su teclado era la constante y luego fue la mía, hasta que los largos minutos del proceso de compilación desaparecieron.
Después de escuchar sus palabras mi interés por “La cabaña del tío Tom” aumentó.
En la exitosa obra de Harriet Beecher Stowe, la historia gira, principalmente, sobre la temática de la esclavitud, acusándola de inmoral, pero a lo largo de ella se pueden ver otros temas harto interesantes. Se dice, por ejemplo, que dado el papel protagónico que la autora da a sus personajes femeninos, su texto tuvo una considerable influencia en lo que después sería el movimiento por los derechos de las mujeres; el drama que envuelve a la historia procuraba impulsar el abolición de la esclavitud vigente aún al momento de su publicación; y si bien Harriet como devota cristiana quiso realzar las bondades del cristianismo al crear personajes de alguna forma heroicos por respetar los valores de la biblia e intentar demostrar la incompatibilidad del cristianismo con la esclavitud, abre puerta a una interesante debate respecto a la influencia de una doctrina en la forma en que se acepta o no lo que la vida o las condiciones sociales ofrecen, después de todo para los creyentes la esclavitud fue algo normal y aceptado según la biblia, les es mandado aceptar y respetar a sus autoridades pues no es el hombre quien las escoge y todo lo que acontece a todos, proviene de dios.
Hace algunos días leí un artículo titulado: “De cómo las novelas han salvado el mundo: abolición de la esclavitud, malos tratos, sufrimiento ajeno y otras tragedias (y III)” que lista libros que al parecer provocaron cambios sociales importantes, entre ellos, claro está, se encuentra “La cabaña del tío Tom”.
Aunque me gustó y lo disfruté, no estoy convencido de que sea un libro que “deba” leerse, porque no creo mucho en los “deberes”, pero en cambio gusto destacar la importancia que posee la literatura para el ser humano. Seguro que incluso a nivel personal cada uno de nosotros hemos de tener ese libro importante que tiene injerencia en nuestra forma de ser o quizá más de uno.
Por último decir que la bondad de la literatura no es una varita mágica: leer por leer no hace a nadie más inteligente, pero leer analizando y procurando adentrarse en los detalles de las obras, vaya que aporta y mucho.
Saludos
PS. ¡Les deseo un 2013 cargado de buenos libros!