El trĂĄnsito estaba denso y el sol ponĂa fĂ©rrea resistencia al esfuerzo que hacĂa el aire acondicionado por brindar algo de comodidad. No obstante, mientras conducĂa hacia las canchas de fĂștbol cinco deseando que el reloj no avanzara tan rĂĄpido, lo que ocupaba mi mente era el pensar en lo fĂĄcil que se dice âcuatro añosâ y lo mucho que ese perĂodo de tiempo implica. Es que hacĂa “solo” cuatro años, mas o menos, que habĂa pateado por Ășltima vez un balĂłn.
Terminados los dos partidos de la cuadrangular, se entregaron los trofeos, empezaron las charlas de rigor que se dan luego de cualquier encuentro: âÂĄquĂ© buen partido!â, âgracias por el ratoâ, âni modo, para la prĂłxima serĂĄâ, âbien jugadoâ y luego los comentarios entre los integrantes del mismo equipo: âese partido no lo tuvimos que haber perdidoâ, âÂĄquĂ© bien jugamos muchĂĄ!â, âlo que pasa es que solo tocarla somos y no tiramos nuncaâ. Esas y muchas otras frases similares se escuchan despuĂ©s de todo encuentro futbolĂstico, porque es parte del juego mismo: el anĂĄlisis de las jugadas es parte del gusto por el deporte.
Lo cierto es que el partido no termina hasta el mediodĂa del dĂa siguiente o del lunes, si se jugĂł el fin de semana, porque se hablarĂĄ del mismo hasta entonces. Con el grupo de personas con el que se compartiĂł en la cancha, ya se tendrĂĄÂ materia en comĂșn. Lo que antes era un simple saludo, ahora se convierte, casi siempre, en una pequeña charla que inicia con frases como: âestuvo bueno el partido, Âżverdad? A ver cuĂĄndo jugamos otroâ, âÂżviste el partido del domingo? â, âÂżrojo o crema?â, âÂżquĂ© te pareciĂł el gol de Messi?â. El tema queda para siempre, tanto mĂĄs que con algunos se podrĂĄ llegar a entablar discusiones mĂĄs profundas sobre fĂștbol y con otros, incluso, iniciar una amistad.
AsĂ pasa cuando los seres humanos tenemos un gusto en comĂșn, de a poco nos vamos juntando y compartiendo. Empezamos con saludos y comentarios de regla, luego vamos profundizando en preferencias, pasamos a compartir experiencias, seguimos con dar opiniĂłn, hacer recomendaciones, llegamos a debatir algo con lo que no estamos de acuerdo, y, si vale la pena, terminamos por entablar amistades.
Lectores Chapines, un grupo que “solo” estĂĄ a punto de cumplir tres años, tiene un plus: acĂĄ compartimos sobre libros, autores, estilos, tramas, ritmos, entre otros aspectos de la lieratura. Pero mĂĄs importante aĂșn, sobre ideas y filosofĂa.
En la vida vamos experimentando distintos ciclos. Estamos a poco de terminar el ciclo 2011 y Ă©sta es mi Ășltima columna del mismo. Por ello querĂa aprovechar el espacio para agradecer a todos los que hasta ahora han participado y se han integrado a Ă©ste proyecto de afines a la lectura. Gracias por sus comentarios, recomendaciones, consejos, por lo que compartieron… a algunos por sus regaños y, por supuesto, por su amistad.
Dos partidos de fĂștbol en una tarde dejaron como consecuencia cansancio, dolor y la oportunidad de interactuar con otras personas que comparten el mismo gusto por ese deporte. Lo que Lectores Chapines ha significado y deja para mi vida, es algo de gran valĂa que llevarĂ© conmigo siempre. Y no, no estoy invadido por algĂșn tipo de nostalgia navideña, nunca experimentĂ© tal cosa y esto lo escribĂ el Ășltimo dĂa de noviembre.
Saludos
PS. Un brindis de fin de año por el gusto de interactuar con ustedes y por que el ciclo de Lectores Chapines dure mucho tiempo mås.
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Omar VelĂĄsquez â @omarvelz
Guatemalteco, escritor, analista/programador, esposo, padre y tengo en mi haber varios tÏtulos mås, de esos que el correr de los años va cargando sobre nuestros hombros.
http://omarvelz.wordpress.com