Desde hace varios meses guardo un pedazo de papel con garabatos acelerados, que contienen el recuerdo del 23 de octubre de 2012, la noche que escuché a Ana María Rodas compartir sus gustos literarios.
Esta mujer “inquieta y acuciosa”, ya goza del Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias del año 2000. Es periodista, y ante todo, una fanática de la literatura.
Como resultado la ha llevado a recorrer el mundo de los libros desde distintas esferas. Para Ana María estos objetos son imprescindibles y lo demuestra desempeñándose como escritora- columnista, como editora, como profesora universitaria y como administradora cultural.
Convirtió al Diario de Centroamérica en un diario público y creó una publicación semanal llamada La Revista. También recorrió los medios de comunicación como “El Imparcial, La Hora, El Periódico y la Revista Crónica.” (Noriega, 2012)
Como escritora incursionó con “los Poemas de la izquierda erótica (1973)… que ha devenido en símbolo del feminismo. Sus poemas son alzados como bandera, escudo o espada por su alto contenido confrontativo y han abierto ruta a las nuevas generaciones.” (Noriega, 2012)
Ya en su columna Biblioteca (2012) confiesa que desde “los 15 años abrió una cuenta en la librería Tuncho Granados” (Rodas, 2012) y tenía que pasar con los ojos semicerrados para no sentirse tentada por adquirir libros fuera de su presupuesto. En su momento confiesa:
“Así he ido acumulando libros y libros. Me gusta entrar a la biblioteca por varias razones: el peculiar olor de los libros es una de ellas y, además, porque aunque no tenga necesidad de ir a consultar tomo alguno, me gusta pasar la mano por los lomos que la mayoría de las veces están polvorientos. Pero están. Además, de repente me entra la ventolera y quiero releer un cuento de Cortázar o de Onetti, una novela de Fuentes, alguno de los gordos libros de Durant sobre historia universal y allí se encuentran esperando. Los amantes más fieles del mundo.” (Rodas, 2012)
Para continuar, regreso a la noche de octubre de 2012, a pesar de que había más de 20 personas escuchando sus experiencias como lectora, no titubeó con responder de manera muy sincera y auténtica que sus libros favoritos “son un chingo”. Incluso creo que lo hizo con un rostro de ¡Por favor! A un lector serio no se le pregunta por sólo 3 libros favoritos.
Apunté lo que más pude, su entusiasmo hizo que fuera demasiado rápido al mencionar a ese chingo de escritores. Tengo súper subrayado a James Joyce.
Sobre Carlos Fuentes tuvo que aclarar que sus relatos o “son fabulosos o son para quemarlos”.
Reconoció, y silenció a los inconformes, que quien “escribe re bien, escribe fabuloso, y del que uno aprendería, sería Vargas Llosa… pues él encontró la fórmula para escribir con éxito… tiene su truco y el formato ya hecho, sólo es de darse cuenta.”
Con los europeos, están los alemanes. También incluyó a Proust porque “es fabuloso, ¡es increíble!”
Otro escritor que devora desde los catorce años es Aldous Huxley, “todos creen que por Un mundo feliz, pero realmente es por sus ensayos.” Y por supuesto Cortázar. “¡Los del Boom!” Así con todo y signos de exclamación. Realmente “el siglo XX fue el siglo de los latinoamericanos, pues encuentra uno a autores de primerísima orden. El problema es que todos eran buenos y opacaron a otros también buenos como Pablo Poca con sus poemas. A él lo opacó Neruda y no se lo merece, es buenísimo. Los cuentos de Onetti, a mi me gustaría escribir así…” Mientras repasaba la lista, llegó a la conclusión que valdría la pena hacer una revisión profunda de América Latina.
Por otro lado mencionó a tres modernistas: Gómez Carrillo, José Martí (y me van a matar, porque no pude apuntar al tercero). Con ellos enfatizó que “hay que leerlos, porque la gente que es buena no se debe perder.”
Y algo que aclaró con voz seria y una mirada profunda fue que “alguien superior a Ak´abal es Luis Alfredo Aragón”.
Logré extraer casi todo lo que escuché esa noche. Fue gratificante compartir con esta apasionada lectora, quien para cerrar su charla dijo: “Uno debería de leer unos 300 años para leer todo lo que tiene que leer… si uno dice sólo a tres escritores, sería sacrificar a muchísima gente”.
Y por supuesto, no puedo no compartir un poco de su poesía, que pueden encontrar en Poemas de la Izquierda erótica (trilogía), edición 2004
“… Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios.
Todo funciona en orden, por lo tanto,
Río, grito, insulto, lloro y hago el amor.Y después lo cuento.”
“Oficio de poeta.
Menos mal.
Así en vez de castigarme a ciegas
con el pasado
y de llorar a solas
puedo sentarme frente a una máquina tan gris
como el ambiente
mover los dedos rápido
y decir que todo es una mierda.”
Bibliografía
Noriega, E. (2012). Semblanza de Ana María Rodas. Mujeres que han hecho historia. Guatemala: FLACSO.
Rodas, A. M. (09 de septiembre de 2012).Biblioteca. El Periódico .